21, van 21

13 de enero de 2011



Existen actividades de alto riesgo para las personas que las practican; actividades que pueden ser realizadas por gusto, por obligación o por ambas razones; tenemos el caso de los paracaidistas y los miembros de las fuerzas armadas; los buzos y quienes limpian y reparan los drenajes profundos; y así, un sinfín de actividades en donde los sujetos que las realizan ponen en riesgo su integridad física, su salud y hasta su vida.

Las actividades de alto riesgo las identificamos plenamente sin que alguien nos especifique cuáles son, ya que tienen que ver con acciones que atentan en contra de la naturaleza del hombre, en el caso del paracaidismo, el hombre no está diseñado para volar; en el caso del buceo, no lo está para respirar y moverse dentro del agua.

Gracias al Presidente de la República, hoy debemos incluir otra actividad de alto riesgo; que sería difícil identificarla ya que contradice la regla de que las actividades de alto riesgo tienen que ver con realizar acciones para las que el hombre no está diseñado; sólo podemos incluirla como de alto riesgo por los hechos que se han verificado durante éste sexenio; dicha actividad es la de Presidente Municipal. 

El ver la función de Presidente Municipal como una actividad de alto riesgo contradice la regla básica que nos permite identificarlas, ya que el hombre por naturaleza es político, por lo que incumple con la premisa de que la actividad es realizada sin que estemos diseñados para ello.

Loe hechos son contundentes, durante lo que va del sexenio de Felipe Calderón han sido asesinados 21 Presidentes Municipales, sí 21; pero lo peor es que no se percibe una política que contribuya a evitar que la delincuencia los siga matándolos.

Es un hecho que la cuerda se rompe por la parte más delgada, que en este caso serían los Presidentes Municipales; además de que son quienes dan la cara ante la ciudadanía, son la autoridad más cercana, son los responsables de las policías en los Municipio; no se les ocurrió a las autoridades Estatales y Federales que serían los primeros blancos de ataque.

Es muy sencillo, es lógico, es de sentido común que si no evitan que sean asesinadas las autoridades municipales se generará un temor en la ciudadanía, mucho mayor del que ahora tenemos. Imaginar que pueden matar con toda impunidad al Presidente Municipal de nuestro Municipio es pensar que no existe Ley más que la del más armado. Esto señores sí es muy grave, un pueblo que vive con miedo no puede desarrollarse; un gobierno que no garantiza paz y seguridad, no es gobierno.

Los argumentos que el Gobierno federal ha reiterado en defensa de sus torpezas radican en la afirmación de que los asesinatos son entre los propios delincuentes, que son ajustes de cuentas; pues sí, puede ser, pero la violencia es percibida por todos, a todos nos afecta.

Los ciudadanos no tendrán miedo porque se maten los delincuentes, no; los ciudadanos tendrán miedo cuando sean sujetos de chantajes y amenazas, implícitas o explícitas, por realizar una actividad lucrativa, por tener un negocio, por sembrar en el campo; el Gobierno no ha entendido que su función primordial es garantizar paz y seguridad, lo demás es un lujo del cual podemos prescindir.

Hoy, México es un país con miedo, el temor se está generalizando y la mayoría de los Gobiernos Estatales se han visto rebasados, del Federal ni hablar, hace mucho tiempo que lo fue.