Calderón no es el único culpable

04 de marzo de 2009



La encuesta publicada el lunes pasado, en un diario nacional, refleja la crisis por la que está atravesando el gobierno de Felipe Calderón y sus repercusiones en las preferencias electorales; en sólo tres meses el Partido de Acción Nacional (PAN) cayó 10 puntos porcentuales en las preferencias para elegir a diputados federales y el Partido Revolucionario Institucional se perfila como la primera fuerza política en la Cámara Baja con 12 puntos porcentuales de ventaja sobre el PAN; del Partido de la Revolución Democrática ni hablar, aún no supera el daño ocasionado por haber permitido actuar bajo la voluntad de un solo hombre.

Si bien es cierto que el gobierno de Calderón no ha podido consolidarse como tal y que la crisis mundial afecta la economía mexicana, la realidad es que los electores han perdonado al PAN por su incapacidad para gobernar y su demostrado desprecio por implementar políticas públicas para beneficio de los más necesitados; ese ánimo de la ciudadanía por perdonar la incapacidad y falta de compromiso con los más desfavorecidos por parte de los gobiernos del PAN, pareciera que ya terminó y la elección del próximo 5 de julio reflejará la necesidad de la ciudadanía: elegir legisladores con capacidad y compromiso con los más necesitados.

Hay que reconocer que la caída en las preferencias electorales del PAN no se debe únicamente al recuerdo del sexenio anterior, en donde la incapacidad, la torpeza, el abuso de poder y la corrupción fueron los elementos característicos del gobierno de Vicente Fox y su señora esposa, no; tampoco se puede culpar a la crisis internacional que tiene a nuestro país en una situación verdaderamente alarmante, no; hay que considerar también que para gobernar un país y mantener las preferencias electorales se requiere del apoyo de los gobiernos locales emanados de su Partido y de su capacidad y eficacia para gobernar; no se puede culpar al presidente Calderón por el fracaso que se vislumbra, es una responsabilidad compartida.

Casos como el de Jalisco son un reflejo de lo que el PAN debe evitar; un gobierno encabezado por un personaje que tiene el atrevimiento de mentarle la madre a los ciudadanos que no piensan como él es verdaderamente lamentable, no podría imaginarse que en un estado o país que se considere democrático se pueda ofender de tal manera a la ciudadanía y que el agresor siga en el gobierno, es verdaderamente lamentable; un gobernador que dispone del erario público como si fuera su dinero al realizar donaciones millonarias para proyectos religiosos, como la construcción de un templo o, que destina millones de pesos para la realización de novelas y eventos de premiación no puede abonarle a su partido en las preferencias electorales.

En contra de lo que está haciendo el PAN en Jalisco, el PRI está logrando consensuar entre su militancia y sus diversas expresiones con la finalidad de tener candidatos únicos; se debe reconocer que el Revolucionario Institucional ha logrado mantener su cohesión y se está preparando para obtener el mejor resultado posible.

Hay que darles su justo valor a las encuestas, como fotografías que reflejan un determinado momento, pero hoy podemos afirmar que la tendencia reflejada es que el PAN está en caída libre y el PRI sigue incrementando su preferencia. 

El presidente Calderón debe prepararse para cogobernar con el PRI, de otra forma no podrá hacerlo; su partido no ha podido consolidarse como partido en el gobierno y sus gobernadores, senadores, diputados y presidentes municipales, salvo contadas excepciones, no abonan para ello.