Ciudadanos: ¿Somos o nos hacemos?

03 de julio de 2009



El día llegó, Partidos y candidatos realizaron un gran esfuerzo por lograr la preferencia del electorado durante los dos meses de campaña que otorga le ley para ese objetivo; algunos, los menos, con propuestas y acciones profesionales y responsables, los más, basados en ataques al adversario y acuerdos bajo la mesa.

Seguramente los candidatos estuvieron al pendiente de los resultados que, lentamente, fueron generando las casillas electorales y con ellos darse una idea de cómo avanzaba su triunfo o derrota; el momento más crítico de la campaña para todo candidato es el día de la votación, es cuando reflexiona sobre los errores y aciertos de su campaña y puede ver su futuro político pasar frente a sus ojos.

Para todos, la Jornada Electoral es un reflejo de cómo hemos avanzado o retrocedido en el desarrollo de elecciones democráticas, es una muestra de qué tanto, ciudadanos e instituciones, hemos asumido la responsabilidad que nos corresponde para que el proceso de elección sea pacífico, claro y legal. Nuestra democracia es muy joven y podemos decir que hoy existe un gran avance, pero todo depende de la ciudadanía quien es la que realiza el proceso electoral, tanto en la vigilancia, como en la votación.

Si bien es cierto que la ciudadanía, según las encuestas, se encuentra desilusionada de los políticos y los Partidos, la realidad es que no es razón suficiente para incumplir con la obligación constitucional de asistir a votar, así como tampoco para no participar en el desarrollo del proceso; cuántos insaculados no aceptaron ser funcionarios de Casilla: la gran mayoría; cuántos ciudadanos se abstuvieron de votar, seguramente la gran mayoría. Es un hecho, la democracia la construimos todos, no se puede entender su sistema democrático cuando la ciudadanía se niega a participar en él; no se puede justificar que los ciudadanos rechacemos otorgar un día cada tres años a nuestra democracia y por otro lado culpemos al gobierno, Partidos y políticos de la desilusión que se tiene por su desempeño.

Todos somos responsables por los Gobiernos y Partidos Políticos que tenemos; todos abonamos para que no se preocupen por la ciudadanía; todos hemos llevado nuestra representación a lo que ahora nos representa: un gobernador incapaz que nos mientan la madre por pensar distinto a é, diputados que difícilmente cuentan con capacidad para generar acciones en beneficio de la ciudadanía pero que sí aceptan recursos públicos como motivación para aprobar cuentas públicas.

Ahora inicia la etapa poselectoral que tiene que ver con el conteo Municipal y Distrital para otorgar las constancias de mayoría a los candidatos triunfadores, así como la ejecución de las estrategias electorales de impugnación y defensa del voto.

Los ciudadanos deberemos esperar la resolución de los Tribunales para poder saber quiénes fueron los ganadores en muchos distritos y Municipios; lo cerrado de la elección, seguramente hará que se resuelvan en los Tribunales.

Lo que queda para los ciudadanos es verificar a cuánto asciende el porcentaje de abstencionismo y de votos nulos, el resultado será un reflejo de nuestro compromiso democrático, a mayor abstencionismo, menor compromiso democrático. No olvidemos que el abstencionismo no castiga al gobierno ni a los Partidos, castiga a la ciudadanía que de forma irresponsable no asiste a cumplir con su obligación.

Para aquellos que asistieron a votar, ¡felicidades! han cumplido con su parte; para aquellos que no lo hicieron . . .