Cuando la forma se convierte en fondo

30 de noviembre de 2004



Ahora el presidente Fox pretende defender embistiendo y refutando lo que no pudo lograr operando. ¿Dónde quedó el espíritu republicano, el diálogo responsable y la búsqueda de acuerdos tan mencionados en la retórica foxista? Pues sí, en exclusivamente retórica.

El presidente Fox debe entender que en la real política existen tiempos y formas —son conceptos que el “gobierno del cambio” pareciera no entender o subestima— sin ellos, difícilmente podrá impulsar cambio alguno; de hecho, gran parte del fracaso de éste gobierno radica en la falta de conocimiento y atención de los tiempos y momentos políticos, así como la ausencia total del cuidado en las formas.

El caso del Proyecto de Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación es un ejemplo más de esa deficiencia en el manejo de los tiempos y cuidado de las formas. Si bien la responsabilidad en la operación —que tiene que ver con alcanzar los acuerdos para la aprobación del Decreto enviado por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados— es de todo el Gabinete en su conjunto, al final se concentra en el presidente; a quien el mandato popular y la Ley lo facultan para que nombre y remueva a los titulares de las Secretarías, siendo en consecuencia el responsable de su desempeño.

Seguramente que la información para la toma de decisiones que recibe Fox, por parte de sus colaboradores, es limitada, parcial y sesgada; ya que de otra forma no se puede explicar su actuación al realizar acciones que muy por el contrario de contribuir a resolver sus problemas los acrecientan y lo exhiben como un presidente desinformado e impulsivo.

El hecho es que los trabajos que realizaron los integrantes del gabinete durante las semanas que duró el análisis del Decreto de Presupuesto de Egresos enviado por el Ejecutivo o no fue el adecuado o cada quien negoció lo que le interesaba y, por supuesto, no se le otorgó al presidente la información completa y objetiva para actuar en consecuencia.

No debe extrañarnos que ahora los propios diputados panistas comiencen a reconocer que la disputa por la candidatura a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de su Partido y la carrera por la candidatura presidencial distrajeron su atención de lo que los momentos políticos señalaban como prioritario: el presupuesto.

Por su parte, el encargado de la política interna y responsable de la relación con el Legislativo, además de su demostrada falta de operación política, se une a su jefe en el ataque a la oposición que en nada le ayudará a cumplir con su encargo; y, por si fuera poco, su embestida llegó al grado de criticar a uno de los ex titulares de la Secretaría de Gobernación más lúcidos que ha tenido la República, Jesús Reyes Heroles; y, bajo el cobijo de la ignorancia, el actual secretario lo cita de oídas (pues seguramente nunca la leyó) una de las tantas frases del exsecretario dándole un sentido diverso al que su autor le imprimió y que seguramente, de haberla entendido y aplicarla en el ejercicio de su encargo, sus resultados serían otros.

No cabe la menor duda de que el presidente Fox y su gabinete demuestran la vigencia de la frase de Reyes Heroles, criticada por el secretario de gobernación, que a la letra señala: “en política, frecuentemente la forma es fondo”.