El fin de 2010

16 de diciembre de 2010



Se acerca el fin de año y los buenos deseos de paz y amor para todos se hacen cada día más lejanos gracias a la conducción de los Gobiernos Estatal y Federal. Las organizaciones patronales que siempre actúan con prudencia, por no decir temor, a la hora de fijar posiciones con relación a las políticas públicas, ahora se alzan para decir, nuevamente, ¡ya basta!

Los mexicanos estamos viviendo la peor época de violencia en nuestro país desde que se verificó la Revolución mexicana hace cien años; muerte y sangre es la realidad de nuestro país, incapacidad, corrupción e impunidad, es la realidad de nuestro gobierno.

Está a punto de terminar el año y seguramente el Gobierno está tranquilo pensando en que, como cada diciembre, el pueblo olvidará por unas semanas su realidad y se volcará en la felicidad de festejar la navidad y el año nuevo; seguramente pensará que tendrá unos días para que los ciudadanos dejemos de registrar sus torpezas, que dejaremos atrás el temor, el coraje y la impotencia frente a un gobierno que ha sido rebasado por todo, por la delincuencia, por la corrupción y la impunidad.

Las palabras del presidente, Felipe Calderón, son aterradoras, al hablar de la violencia: "Afortunadamente, dentro de lo malo, está que se han comenzado a estabilizar y han dejado de crecer el número de homicidios e, incluso, parece que empezarían a declinar. No quiero anticiparlo porque sería muy pronto para marcar una tendencia, pero creo que ya pasamos el punto más alto, por lo menos este año". ¡¡¡Por lo menos éste año!!!, señala el señor presidente con todo el cinismo de aquel que habla con mentiras, convencido de que son verdad.

No existe ser humano alguno que realice un cambio en su conducta o forma de pensar, si no está convencido de que debe cambiar; no podemos tener esperanzas de mejorar, cuando el responsable de garantizar la paz está conforme con su desempeño y lo defiende en cada oportunidad que tiene; no vamos a mejorar, cuando el actual presidente culpa a su antecesor de no haber actuado a tiempo, siendo del mismo Partido y con muchos funcionarios del mismo equipo.

México está viviendo una de las peores crisis en su historia, el gobierno no ha querido ver que una sociedad con miedo es cultivo perfecto para la delincuencia y el caos político. No puede haber argumentos que defiendan el actuar de un gobierno, cuando la mayoría de la población sufre de una violencia tal, que los lleva a sentir desconfianza de todo y temor por todos.

A principios de año vimos como todo un pueblo lo dejó todo: casa, trabajo, amistades, tierra, todo; como los habitantes prefirieron dejar el patrimonio de toda su vida, ganado con el esfuerzo cotidiano, para irse a otro lugar por temor, sí por temor.

Hemos sido testigos de lo que piensa Estados Unidos con relación a nuestro gobierno y su actuación; vemos como día con día se agudizan las incursiones de la delincuencia organizada en nuevas tierras para hacerlas suyas, sí, suyas, ya que pareciera que no existe autoridad alguna que lo impida o que no sea corrompida.

Está a punto de terminar el año y no existen indicios de que el Gobierno cambie. Lo que sigue es la resistencia civil pacífica, no veo otro camino.