El Presidente chamaqueado

16 de abril de 2004



Es increíble que el presidente Fox no tenga la capacidad de retención necesaria que le permita aprender de los errores cometidos para intentar no efectuarlos nuevamente y así realizar una acción personalísima denominada aprendizaje; es un hecho que la limitación que tiene el presidente al no poder aprender lo ha condenado, entre otras cosas, a ser chamaqueado por todo mundo.

El presidente fox ha sido chamaqueado en todos y cada uno de los ámbitos personales, políticos y de gobierno; En el personal podemos verificarlo con el hecho de que su señora esposa lo chamaqueó al persuadirlo para que se casara de la manera en que lo hicieron.

En lo referente a su gobierno, el presidente Fox ha sido chamaqueado por los integrantes de su gabinete; como ejemplo de lo anterior baste citar que hemos sido testigos de como el presidente dice o da lectura a información parcial o tendenciosa proporcionada por sus secretarios.

En cuanto a relaciones con otros Jefes de Estado, podemos citar la chamaqueada a que fue sujeto el presidente Fox por parte del presidente de Cuba, Fidel Castro,  y que generó un escándalo nacional que evidenció ante el mundo la incapacidad del gobierno mexicano para manejar correctamente sus relaciones con otras naciones.

El caso más reciente que demuestra la incapacidad de aprender del presidente Fox y su gabinete es realmente vergonzante e indignante para los mexicanos; me permito realizar una reseña del mismo: 

El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, telefoneó el martes pasado a las siete horas aproximadamente al presidente de México, Vicente Fox; la conversación de referencia duro poco, apenas unos siete minutos; posteriormente  y sin precisar el contenido del intercambio, la Presidencia de la República informó de los temas abordados mediante un comunicado oficial que se difundió alrededor de las 9:00 horas, es decir, dos horas después del telefonema de referencia; al mediodía, sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, ofreció una versión del diálogo entre los Mandatarios, destacando que habían acordado aprobar una resolución en torno a Cuba; el reporte sobre el telefonema de la Casa Blanca fue difundido por la prensa internacional como un acuerdo de México y EU para apoyar una resolución en contra de Cuba, lo que obligó a Los Pinos a una improvisada conferencia destinada a rechazar dicha versión. 

Podemos citar textualmente lo señalado por cada una de las partes para poder analizar con toda puntualidad las palabras empleadas: por un lado el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, señaló que "Los dos Mandatarios discutieron sobre la sesión de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra. Ellos estuvieron de acuerdo en la importancia de la aprobación de una resolución sobre Cuba en la sesión y trabajar juntos para mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba"; por otro lado en lo que se refiere al gobierno de México, éste dio respuesta mediante el coordinador de Información Internacional de la Presidencia de la República, Agustín Gutiérrez Canet, señalando que  "México adopta sus posiciones por convicciones y no por presiones (...). La declaración de la Casa Blanca no corresponde al sentido de la posición de México, porque México no ha tomado una decisión respecto al proyecto de resolución sobre los derechos humanos en Cuba".

Es un hecho que alguno de los dos gobiernos está ocultando información, o la está manipulando o está mintiendo; cualquiera de los supuestos anteriores es grave.

Pero más aún las consecuencias que se deriven de estos hechos; Según la Casa Blanca, en la conversación entre el presidente Fox y el presidente Bush no se habló sólo del "desarrollo de la presente sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas", como dijo el gobierno de México, sino aun de "trabajar juntos para mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba".

Sería recomendable que el canciller Luis Ernesto Derbez, actualmente en gira por Sudamérica, hiciera bien en tomar conocimiento personal y directo de las razones por las que los gobiernos de Brasil y Argentina han preferido abstenerse en la votación sobre los derechos humanos en Cuba y así tener mayor información para que el gobierno de México tome una determinación en el sentido de su voto en Ginebra; claro está, si es que, como lo señala el gobierno de México, aún no define el sentido de su voto; por que si es que, como lo señala el gobierno de los Estados Unidos, ya comprometió su voto para apoyarlos, entonces deberá de asumir las consecuencias de seguir con una política que vulnera la doctrina estrada que ha sido sustento de la política exterior mexicana hasta el gobierno de Fox.

En conclusión sería congruente que en el caso de que México respalde la inminente votación que cada año impulsa el gobierno de Estados Unidos con el objeto de condenar a Cuba por violaciones a los derechos humanos, como muestra de congruencia del gobierno de México impulse y respalde la misma medida respecto de los derechos humanos en China, por ejemplo, o en el caso del Tibet donde los monjes budistas son tratados, por los propios chinos, peor que cualquier trato imaginable por una cultura occidental; o, si se trata de referirse a Cuba, alguna iniciativa del presidente Fox sobre los presos llevados de Afganistán a Guantánamo, porción del territorio isleño sustraída a la soberanía cubana. 

Las preguntas están en el aire, las respuestas usted las tiene:  ¿Es que la observancia de los derechos humanos en Cuba es una realidad inobjetable? ¿Es que no asiste a México el derecho y más aún aun la obligación de promover tales derechos en todas partes del mundo?

Más allá de circunstancias coyunturales, a las que cualquier gobierno está expuesto para incurrir en actos que atenten en contra de los derechos humanos, a diferencia de lo que ocurre en nuestro país, es cierto que en Cuba no es posible establecer un diario o medio de comunicación que contenga una expresión diversa de la oficial; pero también es cierto que tampoco es posible hacerlo en China, donde el sistema político es tan excluyente como el cubano. Y no se manifiesta que el ardor democrático del gobierno mexicano dirija su atención hacia Beijing o hacia el pueblo Tibetano.