El verdadero castigo

12 de junio de 2009



El ideal democrático de que los Gobiernos procuran el bienestar de la ciudadanía y, en consecuencia, no gobiernan atentando contra sus intereses, sigue siendo una aspiración de todos; es un hecho que los Partidos y los gobernantes en el poder se corrompen o se hacen autoritarios conforme se sienten seguros de ganar la próxima elección.

La seguridad que otorga un triunfo electoral continuo, hace que los gobernantes vean más por sus intereses personales y de Partido, que por los de la ciudadanía; la corrupción e impunidad se fortalecen al no temer que llegue otro Partido al gobierno que los pueda evidenciar.

De otra forma no se podrían explicar acontecimientos tan lamentables como la etílica mentada de madre del gobernador de Jalisco, Emilio González, a los que no pensamos como él; o, las inmorales millonarias donaciones para la construcción de Templos y producción de novelas de televisión, cuando existen urgentes necesidades de recursos para generar empleo en el Estado; o, la desviación de recursos públicos para otorgarle guardias de seguridad a candidatos de su Partido; o, . . . en fin la lista es larga, pero lo que se demuestra es el autoritarismo y la corrupción que genera el permanecer en el Poder y sentir que se tiene garantizado el triunfo de un Partido Político determinado.

Frente a éste escenario existe la urgente necesidad de que los ciudadanos obliguemos a los gobernantes y Partidos Políticos a cambiar y ajustar su desempeño, la pregunta es ¿cómo?. Debemos analizar los instrumentos con los que contamos los jaliscienses; tenemos la figura jurídica del referéndum derogatorio para evitar que una decisión del Gobernador sea aplicada, el problema es que no está debidamente reglamentada y es muy costoso para la ciudadanía; tenemos la libertad de manifestarnos mediante marchas, plantones, etcétera, pero la realidad es que poco les importa al Gobierno y a los Partidos; lo único que nos queda es el voto.

La única manera de obligar a los gobernantes y Partidos Políticos a que mejoren, es influir en lo que verdaderamente les interesa: el triunfo electoral.

Hoy nos encontramos con diversas propuestas para manifestar nuestra inconformidad frente a los gobernantes y los Partidos; una de ellas convoca a los ciudadanos para que asistan a votar pero que anulen su voto, es una propuesta basada en la legitimidad, un término doctrinario que poco les importa a los gobernantes y Partidos Políticos si ganan, sólo los perdedores utilizan ese argumento de falta de legitimidad; nuestro sistema electoral es muy claro: gana el que obtenga más votos de los ciudadanos que asistan a votar, para ser más preciso, con un solo voto se puede ganar y es un triunfo legal. Usted cree que puede importarle mucho a un Partido que ganó la elección si votaron muchos o pocos, o si la mayoría anuló su voto, la verdad es que no, lo único que se logra es generar un conflicto poselectoral en donde los perdedores utilizarán el argumento de la falta de legitimidad para atacar al gobierno.

Así las cosas, lo único que nos queda es votar por la alternancia, así los Partidos sabrán que no tienen seguro su triunfo y los obligará a ser mejores y a luchar en contra de la corrupción y la impunidad; la alternancia es la clave, no debemos anular la posibilidad de demostrarles que los ciudadanos vamos a castigar a los gobiernos corruptos, autoritarios e ineficientes mediante nuestro voto.