¿Elecciones o País?

17 de junio de 2004



En estos meses que por mandato legal tiene receso el Congreso de la Unión y donde sesiona únicamente la Comisión Permanente, los Grupos Parlamentarios de ambas Cámaras están trabajando a marchas forzadas; sí, es extraño que durante estos meses que tradicionalmente son dedicados al trabajo en Comisiones y al propio de los distritos por parte de los diputados, hoy la atención esta puesta en otra parte.

Tradicionalmente durante los periodos de receso del Congreso de la Unión la mayoría de los legisladores que lo integran, diputados y senadores, enfocan su atención y dan prioridad a su trabajo político partidista en su circunscripción territorial o es su partido.

Lo anterior lo realiza cada legislador en lo individual y es, fundamentalmente, para conservar la influencia que tiene dentro de la circunscripción territorial donde fue electo, así como preparar el terreno para su siguiente aspiración política.

El caso es que hoy el contexto político, económico y social está obligando a los Grupos Parlamentarios, tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Diputados, a dirigir su atención y energía a otros aspectos que tienen implicaciones directas en la sucesión presidencial del dos mil seis; sin dejar de contemplar las repercusiones que tienen en los diez Estados de la República donde habrá elecciones constitucionales para elegir gobernador de la Entidad.

Los temas son muy variados y podemos decir que todos importantes y trascendentes para la vida política institucional de México y por consiguiente con fuertes implicaciones para nuestro futuro como nación política y económicamente viable.

Los temas proceden desde denuncias presentadas por la propia Procuraduría General de la República y la solicitud de juicio de procedencia (en contra del principal hombre para ser el candidato del Partido de la Revolución Democrática, López Obrador); las posibles desviaciones de recursos o “asignación poco clara” de recursos de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública (en beneficio de la asociación de Martha Sahagún de Fox denominada “Vamos México”, siendo más claros en beneficio del proyecto político de la señora para ser presidenta de México); o la quiebra del Comité Ejecutivo Nacional del PRI (por la falta de compromiso y apoyo económico de los militantes, simpatizantes, diputados, senadores, gobernadores y presidentes municipales del PRI que han llevado a ese instituto político a la situación económica tan terrible que sufre el día de hoy.

Los temas son muchos pero lo que sí queda claro es que esos mismos temas, tan polémicos en algunos casos y tan ofensivos en otros, son los que están obligando a que las diferentes coordinaciones de los Grupos Parlamentarios de los Partidos representados, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, realicen un esfuerzo para elaborar una agenda política que les permita llegar en condiciones no tan lamentables como las que viven actualmente nuestra Instituciones Políticas (como la falta de credibilidad, la corrupción, la falta de transparencia, etcétera).

Los varios políticos serios y responsables en el Congreso de la Unión ---que aunque usted no lo crea existen, pocos pero existen--- se han dado cuenta que ésta situación de enfrentamientos políticos no contribuyen en nada para el desarrollo del País y están desgastando la de por si corroída imagen de los políticos y sus Partidos.

Esos pocos hombres están intentando construir los acuerdos necesarios para las reformas estructurales que el País requiere, sin mucho éxito por cierto; el caso es que su principal interés, además de la “República”, es que sus respectivos Institutos Políticos estén en condiciones de ganar, en primer término, la mayoría de las gubernaturas en juego y, en segundo termino, estar en ventaja para la sucesión presidencial.

Esos hombres de quienes hablamos son los que impulsan las medidas como la que tomó el Grupo Parlamentario del Partido de Acción Nacional en el Senado de la República al proponer a sus integrantes la elaboración de un proyecto con de iniciativa de decreto para regular las actividades extralegislativas que tradicionalmente realizan la mayoría de los legisladores.

El tema es fundamental para la economía del Estado en razón de que muchos recursos públicos que son destinados al Congreso de la Unión son destinados a tareas de proselitismo de los diputados o para cuestiones muy personales.

El tema o la intención del PAN es extraordinariamente rentable, electoralmente hablando; pero carece de congruencia y pretende atentar contra la inteligencia de nosotros lo electores; la pregunta es sencilla ¿cómo pretenden que les creamos que su fin es el beneficio de la República y no un anuncio meramente electorero, cuando en sus filas se encuentra el Senador Diego Fernández de Cevallos a quien no han podido poner en orden y es uno de los legisladores que realizan el tráfico de influencias para obtener beneficios económicos personales? ¿No creen que los electores queremos hechos no falsas promesas?

El caso es que hoy por hoy existe un clara voluntad por construir acuerdos que permitan algunas reformas, el tema es ¿cuáles? Y ¿cómo, en qué condiciones?