Febrero, mes del Congreso

09 de enero de 2010



A unas semanas de que se instale la nueva Legislatura Local, los Partidos se encuentran en el arduo y difícil camino que significa elegir o designar a los coordinadores de su Grupo Parlamentario. Si bien pareciera que son decisiones internas que no tienen mucha relevancia en el trabajo legislativo, la realidad es que son de la mayor trascendencia para la vida interna del Congreso, para la relación de éste con el Ejecutivo Local y para la ciudadanía en general.

Hoy más que nunca se requiere que el Congreso de Jalisco asuma su papel como representante de la ciudadanía; hoy se requiere que el Poder Legislativo en el Estado cumpla a cabalidad sus dos funciones fundamentales: como generador de reformas legislativas que contribuyan al desarrollo político, económico y social de los jaliscienses y, como fiscalizador y contrapeso del Poder Ejecutivo.

La lucha al interior de los Partidos comenzó desde hace meses, inmediatamente después de que se agotaron todos los recursos legales y se determinó quienes serían los diputados de mayoría relativa, representación proporcional y primera minoría que integrarían al Congreso.

Para los ciudadanos es fundamental conocer quiénes serán los coordinadores de los Grupos Parlamentarios ya que, en mucho, será la primera señal de cómo actuarán frente a ese gran reto que significa no pasar a la historia como una Legislatura gris, sin trascendencia y con serios cuestionamientos sobre su desempeño y el manejo de recursos.

El PAN tiene el enorme reto de buscar su reconciliación interna, ya no es mayoría y eso le exige estar unidos bajo la coordinación de alguno de los diputados que pueda lograr y mantener dicha unión; los diputados del PAN no tienen fácil su tarea, por una parte tendrán que asumir el costo de defender a un gobierno que, hasta ahora, no ha dado buenas cuentas; tendrán que estar preparados para negociar una salida anticipada del gobernador, Emilio González; salida que cada día se ve más cercana y que se aprecia como necesaria para intentar mantener la gubernatura en la próxima elección; tendrán que actuar, de tal forma, que logren un sano equilibrio entre defender los errores cometidos, y los que vengan, por parte del gobernador y de los presidentes municipales emanados de su Instituto Político y, la producción legislativa y su obligación de fiscalización.

En el caso del PRI, por ser mayoría, el reto no es menor; los diputados priístas deben tener la madurez política para entender que la confianza que depositaron los ciudadanos en ellos no está garantizada para que se ganen los distritos; deben estar consientes de que requieren un coordinador moderado, que tenga comunicación con todos los grupos y corrientes del PRI; se requiere de un político con experiencia que tenga el firme compromiso de lograr un grupo parlamentario moderno, eficaz en su quehacer legislativo y con estrategia.

Los diputados del PRI deben contemplar los resultados de la Legislatura pasada y aprender de los errores cometidos; no pueden darse el lujo de ser, como la anterior, una Legislatura gris, sin cercanía con la gente y sin una agenda Legislativa concreta.

En cuanto a los ciudadanos, esperemos que los Partidos tomen la mejor decisión; les exigimos que así lo hagan por el futuro político de sus Institutos Políticos y porque los jaliscienses merecemos mejores Legislaturas, ya no queremos una Legislatura limitada en sus resultados y alejada de la ciudadanía.