La ignorancia de Fox

23 de noviembre de 2004



Pareciera ser que, nuevamente, el presidente Fox actúa de forma desafortunada; continúa manifestando su desinformación y falta de oficio político; persiste en desgastar la figura presidencial mediante actos irresponsables caracterizados por la ignorancia.

El caso es que un evento que hasta el año 2000 se caracterizó por ser un acto empleado por el Ejecutivo de la Nación para asuntos trascendentales —como lo es el dirigir un mensaje a la nación en cadena nacional— hoy Fox lo ha banalizado.

El mensaje que, a escasas horas de la aprobación del Presupuesto de Egresos, el presidente Fox dirigió a la nación, muy por el contrario de haber sido un mensaje responsable, objetivo y contundente se convirtió en un acto que exhibió su desinformación, falta de conocimiento e irresponsabilidad.

Es un hecho que si la voluntad del presidente, que ha manifestado reiteradamente, es la de buscar acuerdos y consensos para que la República avance de manera cordial entre las diferentes fuerzas políticas, en los hechos tiene dos posibles orígenes y finalidades: la primera es que su ignorancia y falta de oficio político, aunado a la falta de un Gabinete leal, le ha impedido conducirse como el hombre de estado que requiere la República; la segunda es que exista una estrategia perversa que pretende engañar al pueblo al cual protestó servir mediante acciones públicas ingenuas pero que en el fondo tienen como objetivo la confrontación con el Legislativo. En ambos casos peligra la relación entre Poderes y peligra la República.

Pareciera ser que el único que no conoció ni entendió el proceso de negociación que durante varias semanas realizó su Gabinete para la elaboración del Presupuesto de Egresos aprobado por la Cámara de Diputados fue el propio Fox; no se percato, o cuando menos así parece, que gran parte del conflicto generado entre los diputados fue ocasionado por sus propios colaboradores que en el afán por ocultar sus fallas e ineficiencias actuaron de forma irresponsable utilizándolo como parapeto.

No se sabe que es lo que hará el presidente Fox, lo que sí sabemos es que tiene pocas opciones para intentar modificar el Presupuesto de Egresos aprobado. Dentro de esas opciones se encontraba el acercamiento y diálogo con los partidos que integran la Cámara de Diputados con el objeto de hacer observaciones e intentar convencer a los legisladores para que realizaran cambios al Presupuesto; esa posibilidad la agotó el propio presidente Fox al dar un mensaje a la nación en donde amenazó a los diputados y calificó de irresponsable el trabajo realizado.

Ese espíritu democrático y republicano que manifestó el entonces candidato del PAN y hoy presidente de México o nunca existió o el presidente Fox tiene una concepción distinta que se acerca más a la que, la mayoría de los mexicanos, identificamos como autoritarismo y centralismo.

Hoy que se aprobó un presupuesto que contribuye a fortalecer a las Entidades Federativas el presidente lo descalifica; ¿que sería si hoy, en lugar de que su partido hubiera perdido la mayoría de las elecciones en los Estados, las hubiese ganado?

El presidente, en contra de su voluntad, tendrá que asumir lo que él mismo afirmó al inicio de su gobierno: el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone.