Jalisco se ha convertido, nuevamente, en vergüenza nacional; Emilio González Márquez reiteró su incapacidad e irresponsabilidad como gobernante frente a un problema nacional; aquella joven promesa política se ha convertido en una lamentable realidad que nos afecta a todos; un gobernante que trató de ocultar una realidad, por vaya usted a saber qué intereses, a costa de la vida, sí, de la vida de los jaliscienses, no puede merecer más que nuestro desprecio.

Existen varias versiones sobre las razones que motivaron a González Márquez para ocultar la realidad; unos afirman que fue la ignorancia o desinformación generada por su equipo de trabajo y sus funcionarios, particularmente por su secretario de salud; otros afirman que quiso quedar como el gobernante que logró evitar que su Estado fuera afectado por una enfermedad declarada como pandemia por los organismos internacionales de salud; y otros reiteran que su objetivo era proteger las inversiones y negocios que se han generado, y los futuros, relacionados con los juegos panamericanos.

Argumentos y análisis sobre lo que pudo haber motivado a un gobernante poner en riesgo a todos, sí, a todos sus gobernados pueden ser muchos, pero lo único que demuestran éste tipo de determinaciones de Emilio González es su desprecio por la gente y ahora por la vida de la gente; no debemos olvidar la mentada de madre a todos los que no pensamos como él; no podemos dejar a un lado las por demás excesivas donaciones de millones de pesos a la construcción de templos y para eventos y novelas para la televisión.

Emilio González ha cometido el peor de los actos del ser humano: poner en riesgo la vida de otros por un interés personal. Si González Márquez es tan católico como dice ser, seguramente no podrá dormir ya que en su conciencia quedará la duda de haber podido evitar la muerte de seres humanos y, mucho menos, podrá estar tranquilo por las personas que mueran por no haber tomado las medidas necesarias a tiempo para contener la pandemia en Jalisco bajo una mentira.

A Jalisco le esperan días complicados, cuando en otros Estados y en el propio Distrito Federal ya se avanzó con las medidas para intentar frenar la propagación del virus, en Jalisco apenas comienza y el gobernador anuncia medidas que debió haber tomado hace más de 10 días; el esfuerzo de muchos mexicanos que viven en otros Estados está siendo vulnerado por la irresponsabilidad o ambición de un gobernante.

Emilio González es nuevamente el protagonista de la mentira, de la deshonestidad y de la incapacidad de gobierno, la diferencia es que ahora sus decisiones han costado vidas y seguramente costarán más.

La situación en Jalisco es grave, no se trata de de un tema partidista pero los ciudadanos debemos tomar medidas que obliguen a nuestros gobernantes a cumplir con su obligación, la próxima oportunidad que tenemos es el 5 de julio, González Márquez deberá dar cuenta a su Partido y a la sociedad en general sobre su desempeño, no se puede seguir ocultando la incapacidad, torpeza y ambición de un gobernante que está dispuesto a poner en riesgo la vida de sus gobernados y sacrificar el esfuerzo de las autoridades y ciudadanos de otros Estados del país con el costo social y económico que representa. Sólo queda que los ciudadanos actuemos, nuestro gobierno ya lo hizo y lo hizo muy mal.