La U de G y el caos vial

11 de noviembre de 2010



Hablar de inseguridad, de robos, secuestros, de retenes operados por delincuentes en las carreteras para despojar a los transeúntes de todo; hablar de de corrupción, impunidad, chantaje, son los temas de cada día para los jaliscienses; en todos los lugares en que se encuentren dos o más personas se toca el tema de la creciente inseguridad y violencia que se vive en Jalisco; inseguridad que si bien es un reflejo de la situación nacional, se había contenido en Jalisco hasta hace algunos meses.

No puede haber sentimiento más frustrante para una sociedad que el temor ha transitar por la calle o carreteras, el miedo a salir de su casa, de que los suyos salgan sin saber qué les tocará vivir; no se puede explicar la sensación que provoca la terrible descomposición social verificada por la pérdida de la libertad, de la libertad de tránsito; no se pueden prever las consecuencias que tendrá la sociedad jalisciense futura con niños que viven y crecen en una comunidad azotada por actos violentos y donde el despojo de los bienes ganados por el esfuerzo cotidiano es una constante.

Jalisco carece de rumbo, pareciera que el gobierno está más preocupado por las luchas políticas personales que por atender un problema que día con día crece y crece, un problema que afecta a la sociedad entera y a cada individuo, un problema que debería ser prioridad ya que afecta a la economía y a la convivencia social. El Gobierno del Estado ha sido rebasado por la realidad, no supo cuidar la relativa tranquilidad en que vivíamos los jaliscienses y hoy, regiones enteras se encuentran secuestradas por la delincuencia.

Todos hablamos de la inseguridad, todos tenemos un amigo o familiar que ha sido víctima de la delincuencia; todos somos testigos del grave incremento en la violencia que se verifica en todo el Estado.

Jalisco requiere de un gobernador que asuma su responsabilidad, que entienda y atienda las verdaderas necesidades sociales e individuales de los ciudadanos; necesitamos un gobierno eficaz en la administración de los recursos y para atender nuestras demandas, fundamentalmente cuando dichas demandas tienen que ver con el presente y futuro de toda la sociedad.

Es evidente que el gobernador, González Márquez, no contempla dentro de sus prioridades  atender el problema de la inseguridad y la violencia en Jalisco; sus temas son otros, sus demonios internos no le permiten gobernar a la altura de los problemas que enfrenta nuestro Estado.

El gobierno sigue enfrascado en problemas políticos personales y en su lucha interna por ganar espacios y control en su Partido, no en atender el atolladero en que nos encontramos y que seguramente será más y más difícil resolverlo conforme pase el tiempo.

La sociedad entera debemos de exigirle al gobierno que actúe, que cumpla con su deber; es un hecho que existen extraordinarios policías, que están dispuestos a enfrentar a la delincuencia; tenemos casos de elementos que han perdido la vida en esa lucha, héroes que debemos honrar por su valentía; el gobierno debe entender que no existe mejor homenaje para ellos que actuar en contra de quienes les quitaron la vida, más que homenajes para la foto, el gobierno debe actuar.

Toda la solidaridad para nuestra compañera y amiga Adriana Luna, quién siempre ha caracterizado por actuar como la profesional del periodismo que es, entendemos la desesperación de los funcionarios de gobierno, pero nunca justificaremos las amenazas por cumplir con el deber.