Las nuevas reglas

06 de febrero de 2004



El contexto en que se encuentra nuestro país está dando claras muestras de que las reglas, que durante el anterior régimen tenían vigencia, ahora están sufriendo una transformación; manifestaciones que fácilmente son percibidas en todos los poderes e instituciones políticas.

El Congreso de la Unión se encuentra en receso; los partidos políticos y los diputados integrantes de la Comisión Permanente están trabajando; la glosa del tercer informe de gobierno del presidente Fox continúa realizándose en las Comisiones. La Convención Nacional Hacendaria comienza sus trabajos y dará sus primeros resultados. El Partido Revolucionario Institucional se adelanta, nuevamente, al presidente Fox y propone un acuerdo nacional para la estabilidad del País. La sucesión adelantada sigue generando ruido; y, los escándalos de la familia presidencial continúan al orden del día.

Dentro de éste contexto se encuentra nuestro país; un contexto por demás particular que puede convertirse en el detonador de las grandes transformaciones políticas y jurídicas requeridas o nos puede llevar al atraso económico, político y social que tantos países han experimentado en las últimas décadas.

Por una parte tenemos un Congreso que continúa sin una agenda definida que dé certidumbre política y económica; un Poder Legislativo que pareciera trabajar al margen del gobierno federal, de los partidos políticos representados y, lo más importante, de los mexicanos; un Congreso integrado por senadores y diputados que ahora prestan mayor atención a los procesos electorales que se celebrarán éste año y que no han tenido la capacidad política para lograr los consensos tan necesarios requeridos para cumplir con su función política de darle rumbo al país y ser un equilibrio responsable del Ejecutivo.

Por otra parte tenemos un presidente de la república eclipsado por su señora esposa; que además de la novela que se vive en los pinos, ahora es el escándalo por malos manejos en los recursos de la fundación “Vamos México” lo que tiene que defender el presidente en todos y cada uno de los eventos a que asiste. Escándalo que nos trae a la memoria otros más, vividos en la casa presidencial, como el “Toallas Gate” y el oneroso menaje para las cabañas presidenciales. Claro está que no tiene comparación alguna el excesivo gasto realizado en las toallas y el menaje con la acción por demás inmoral de monopolizar las donaciones por la coacción de facto y poner en riesgo la vida institucional de tantas organizaciones altruistas que llevan años dedicando su labor a la ayuda de los sectores desprotegidos del país; esto sí es inmoral. En conclusión el presidente Fox no puede poner orden ni en su casa.

En relación con la Convención Nacional Hacendaria, apenas comienza a organizarse y sus resultados no los veremos hasta algunos meses después; eso sí, durante los próximos días seremos testigos de una serie de actos y pronunciamientos que pretenderán, más que proponer soluciones responsables y objetivas a los problemas del país, fijar estrategias y posicionamientos electorales para los procesos locales y la sucesión presidencial.

En cuanto a la sucesión adelantada, ésta ha generado un golpeteo que comienza a poner en evidencia lo que todos imaginamos pero que pocas veces podemos verificar: la gran corrupción que prevalece en la mayoría de los diferentes órdenes de gobierno; el estilo autoritario que aún conservan muchos de nuestros gobernantes, independientemente del partido que los postuló; y la lucha encarnizada por el poder.

Lo anterior nos lleva a concluir que nuestro país está construyendo las nuevas reglas políticas que servirán de sustento para el ejercicio político de los próximos años; estamos viviendo la transición entre las reglas aceptadas y que tuvieron vigencia durante el régimen priísta a las nueva que tendrán vigencia en éste nuevo régimen caracterizado por la alternancia y falta de mayorías absolutas en los órganos legislativos.

La pregunta es ¿cuánto durará ésta transición? la respuesta no la podemos imaginar, lo que sí es un hecho es que debemos luchar por que sea en el menor tiempo posible.

Los políticos que se encuentran desconcertados al ver que sus reglas ya no aplican a la nueva realidad política deben de estar dispuesto a entender y asumir las nuevas y los políticos nuevos que quieren inventar unas regla que tampoco son aplicables, deben de estar dispuestos a reconocer las buenas de las anteriores y utilizarlas.

Hoy por hoy México continúa cambiando, hoy más que nunca requerimos que nuestros dirigentes políticos y gobernantes asuman el compromiso de definir las nuevas reglas políticas con responsabilidad y objetividad; el futuro de nuestro país está depositado en gran medida en lo que hoy construyan quienes nos dirigen.