Estamos cercanos a cumplir los primeros cien días de gobierno de las nuevas administraciones municipales y seguramente, como ya se hizo costumbre, los presidentes darán a conocer un informe sobre las actividades y resultados realizados durante ese periodo para intentar demostrar que están trabajando y cumpliendo con sus compromisos de campaña.
Como ciudadanos podemos sentirnos halagados de que nuestros representantes estén preocupados por presentarnos e informarnos sobre los resultados alcanzados durante el cortísimo tiempo que representan cien días; se les debe reconocer el esfuerzo que realizan para poder presentar logros que sean interesantes para los ciudadanos, así como todo el tiempo dedicado a planear y coordinar el trabajo de sus dependencias para que puedan presentar algo en cien días.
Lo que debemos hacer es verificar si nuestros presidentes municipales tienen claro que la moda de reciente tradición, que significa presentar un informe de los primeros cien días de administración, tiene su origen en una campaña electoral en donde la administración que sería renovada era tan corrupta y deficiente que los electores esperaban de las nuevas administraciones acciones legales concretas, que demostraran un cambio en la estructura orgánica, en los procesos administrativos y en la atención al público, así como y el compromiso por castigar a aquellos funcionarios corruptos que se encontraban en la administración sin que quedaran impunes por negociaciones políticas, todo, en beneficio de la ciudadanía.
Si bien es cierto que los nuevos presidentes municipales se encuentran impulsando cambios sustantivos en la forma de gobernar, frente a las administraciones pasadas, la realidad es que los ciudadanos esperamos anuncios de fondo, no sólo esperamos que nos informen sobre cuántos baches han tapado, o cuántas personas han atendido, queremos que cumplan con su palabra de realizar las acciones legales en contra de quien corresponda por actos de corrupción, queremos acciones que castiguen a los funcionarios que no cumplieron con su obligación, necesitamos que las nuevas administraciones asuman su responsabilidad de denunciar actos de corrupción y desviación de recursos, es fundamental que demuestren que no hay arreglos bajo la mesa para proteger a exfuncionarios, que no existen acuerdos políticos que eviten auditar los proyectos tan cuestionados como las Villas Panamericanas sin que se actué en consecuencia.
Cien días de gobierno son muy pocos, poquísimos, para cambiar a un aparato administrativo tan robusto como lo es un Ayuntamiento de la Zona Metropolitana, eso se entiende, pero cien días son suficientes para haber realizado una auditoría, para haber verificad si existen anomalías y para elaborar las denuncias respectivas.
Los informes que seguramente realizarán los presidentes municipales por sus cien días de gobierno serán muy importantes para los ciudadanos, ya que podremos verificar si existe voluntad de hacer cambios de fondo, no sólo para demostrar que tienen intensiones de mejorar la administración municipal, que no sólo quieren presentar cifras de lo que debe ser su obligación cotidiana, no; esperemos que informen sobre acciones concretas que nos demuestren que no existen arreglos bajo la mesa, que no han realizado vergonzosos acuerdos políticos para proteger exfuncionarios, independientemente del cargo que ahora ocupen; que nos demuestren que la política que hacen es para beneficio de los ciudadanos.
Así las cosas, debemos de estar atentos a los dichosos informes de los cien días, así podremos verificar si realmente nos demuestran que hay un cambio real, en donde lo fundamental es cuidar el patrimonio público, sin acuerdos y negociaciones o, es la misma harina, pero en otro costal.
