Los jóvenes en el PRI

04 de junio de 2010



El tema de los jóvenes en el Partido Revolucionario Institucional ha sido, para los dirigentes adultos, escabroso para unos y terrible para otros, ya que representa actos de pasión, entrega y convicción, realizados por personas que se encuentran en su etapa de maduración personal y, para bien o mal, en política es mucho más valioso e inteligente actuar con madurez y sensatez, que únicamente con pasión y entrega.

La máxima organización de jóvenes priístas es el Frente Juvenil Revolucionario (FJR), que viene siendo una réplica orgánica del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya que en el FJR se integran los representantes juveniles de los denominados Sectores y de las organizaciones del PRI de igual manera que en el PRI.

El FJR fue semillero de políticos priístas, ya que permitía participar en actividades políticas partidistas desde los 16 años, y con ello se podía adquirir experiencia en el arte de la política. Si bien el FJR en Jalisco no fue el único semillero del PRI, sí generó algunos políticos que aún vemos en la arena pública; de hecho, el mayor semillero del PRI lo fueron la Universidad de Guadalajara y la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

La organización juvenil priísta en Jalisco se encuentra pasando por la peor crisis de su historia, después de 15 años de dirigentes grises, desconocidos y sin logros evidentes, se pretendió realizar un ejercicio para su renovación, planeado, con inteligencia, en donde la idea era realizar un análisis político del Estado, de sus grupos e intereses, así como de los posibles jóvenes que pudieran participar en el proceso para verificar su liderazgo real; pero, los jóvenes priístas de Jalisco, actuaron con excesiva pasión y entrega, pero poca inteligencia y estrategia, teniendo como resultado un proceso cuestionado carente de toda legitimidad legal, democrática y política.

En la historia del FJR no se habían presentado condiciones similares para realizar un verdadero proceso democrático de renovación de dirigencia estatal; las condiciones estaban dadas, el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Rafael González Pimienta, hizo lo impensable: dejó en plena libertad a la organización juvenil para que construyera y realizara su proceso de renovación, mejor escenario no podía existir.

Lo que sucedió es lamentable, los jóvenes priístas de Jalisco, que manifestaron su interés por participar en el proceso, en pocas semanas pasaron de interesados a secuestradores. La organización juvenil priísta, que en teoría es una organización estatal, que debe tener 125 Comités Municipales e igual número de Consejos Políticos, fue secuestrada por 17 jóvenes que decidieron elegir, en contra de toda disposición estatutaria, de entre ellos a sus nuevos presidente y secretario general. El ejemplo es claro, ni el PRI en la actualidad actúa con tal desprecio por sus propios estatutos.

Aquellos jóvenes que criticaron a la organización juvenil por no respetar sus Estatutos, en la primera oportunidad que se les presentó hicieron exactamente lo mismo.

Los jóvenes del FJR deben pensar a futuro, demostrar que en Jalisco se pueden poner de acuerdo y actuar en consecuencia, sin intervenciones de instancia alguna que no sean las propias pero, sobre todo, que actúen con toda legalidad, que demuestren su capacidad para hacer política, la única que debemos aceptar: la política legal y legítima.